Histórico 2014
Una de las ediciones más potentes y equilibrada
Vigésima tercera edición de Temporada Alta, una de las más potentes y equilibradas, con la presencia de grandes nombres internacionales (Brett Bailey, Peter Brook, Alain Platel …) y una fuerte apuesta por la creación nacional. A pesar de seguir sumidos en una situación económica complicada, trabajamos para la internacionalización. Tejemos cada vez más estructuras de relación con la escena internacional para ayudar a las nuevas generaciones de creadores catalanes a relacionarse con otros países y presentar sus creaciones fuera de Catalunya.
Espectáculos: 89 (+ cinema)
Coproducciones: 28
Estrenos: 44 (+ 3 cinema)
Espectadores: 53.961 (total) / 94,12% (ocupación)
Sales: 20 (+ cinema)
Presupuesto: 2.817.136,03 €
Cartel 2014, Eulàlia Valldosera
“Es una imagen que forma parte de un trabajo más amplio”, explica Eulàlia Valldosera sobre la botella que protagoniza el cartel de la próxima edición del festival Temporada Alta. “Llevo muchos años trabajando con recipientes de jabón –añade la artista- porque son objetos muy impersonales, porque no se puede hacer de ellos un fetiche. No les damos valor, pero el origen ancestral de los contenedores ha fundamentado la comunidad por la capacidad que tienen de almacenar”. A partir de esta botella de plástico se pueden plantear diversas cuestiones: ¿forma parte del atrezzo de un espectáculo y, por lo tanto es un reflejo del actor que la ha usado? ¿El hecho que el envase pueda pertenecer a un detergente, puede ser una metáfora de la catarsis que se produce a través del arte? Pero se produce un hecho que llama la atención y que provoca que la lectura de la pieza no sea tan inmediata: la botella está llena. “Hay una lectura de fondo de que estamos delante de un objeto que está dañado, un objeto de desperdicio –comenta la artista-. De alguna manera habla de la relación entre el continente y el contenido, de la relación entre el aspecto físico y el aspecto anímico”.
Al final, la imagen del cartel, este personaje que no pierde la dignidad a pesar de los golpes que ha recibido, representa una “metáfora del artista, del actor, del creador, en la medida que es un contenedor que canaliza la inspiración. A través del artista fluye la inspiración, venga de donde venga”. La inspiración, concluye la artista, puede provenir del imaginario colectivo, y la boca de la botella hace referencia a los gestos y a los interrogantes que formula y también a la comunicación con la comunidad. Otra idea que planea sobre la obra es la del reciclaje. “Me niego a producir artificialmente objetos, me niego a entender mi trabajo como una productora, como una fábrica capitalista, de un objeto detrás del otro, que lleva una marca propia, un logo, una firma y que, por lo tanto, tiene un valor”, insiste la artista.
Eulàlia Valldosera empezó a trabajar con envases de plástico a principios de los años 2000. A menudo los ha situado en instalaciones hechas con elementos frágiles –un foco, un proyector de diapositivas- que recuerdan una obra de teatro montada con poco dinero, porque lo más importante es que el texto llegue al público sin tropiezos y despegue. “La puesta en escena del arte contemporáneo tiene una serie de convencionalismos”, dice la artista. “El museo debe tener las paredes blancas, hay un marco, y con mis trabajos cuestiono este marco, la frontera entre lo que es arte y lo que es vida –añade-. Utilizo las paredes blancas como un contenedor, como un receptáculo, como una pantalla donde proyecto luces y sombras, imágenes en movimiento… Esta asepsia de los museos, yo la comparo con los hospitales”.
Antoni Ribas
Eulàlia Valldosera
(Vilafranca del Penedès, 1963) está considerada como una de las artistas más relevantes de su generación. En 2002 fue galardonada con el Premi Nacional d’Arts Plàstiques a raíz de la exposición retrospectiva que presentó en la Fundació Antoni Tàpies –Eulàlia Valldosera. Obres 1990-2000– y está representada en museos como El Museo Reina Sofía, el MACBA y la colección de arte contemporáneo de la Fundació La Caixa. En 2009 el Museo Reina Sofía le dedicó otra retrospectiva, titulada Dependències. En este sentido, Valldosera ha participado en eventos artísticos internacionales como la Bienal de Venecia, la Bienal de Sao Paulo, la Bienal de Istanbul y el Skulptur Projekte de Munster.
Formada en la Escola de Belles Arts de Barcelona y en la Gerrit Rietveld Academie de Ámsterdam, donde comenzó su carrera a principios de los 90, Eulàlia Valldosera abandonó la pintura para empezar a explorar temas como la identidad de la mujer y el cuerpo a través de la fotografía, las proyecciones y el vídeo. Sus instalaciones cuestionan, además, el carácter objetual y mercantil de las obras de arte.
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Corto 2014, A spanish odyssey
El origen de la idea del vídeo promocional de Temporada Alta de este año es el famoso plano en el que un hueso tirado por un homínido va volando por los aires hasta convertirse en una nave espacial. La elipsis más larga de la historia del cine.
El origen y la meta. Esta es la pregunta: ¿hacia dónde estamos yendo? La idea es que siempre hay que ir a mejor, progresar. Sin embargo, parece que ya hace tiempo que no estamos siendo muy fieles a esta idea.
El progreso y las especies:
El progreso es lo que ha hecho que después de unos cuantos miles de años seamos tan diferentes y hayamos transformado tanto el mundo. Otras especies, en cambio, son prácticamente igual ahora que hace miles de años. Un ejemplo de ello es el escorpión, que además es de los pocos animales capaz de matarse a sí mismo (o eso dicen).
Otro animal que lo puede hacer es, sin duda, el hombre.
Ya que el tema de fondo de la pieza es la situación que vive el mundo de la cultura en España, la presencia de un escorpión paseándose tranquilamente por encima de una calavera adquiere sentido.
Pues bien, una vez ya hemos visto que se trata de un homenaje-parodia a la película en cuestión y hemos explicado todo esto del progreso, vemos que el hueso no se convierte en una súper nave espacial del futuro como en la película de Stanley Kubrick, sino que simplemente se pierde en la inmensidad. Lo que debía ser la elipsis temporal más larga de la historia, finalmente se ha convertido en una elipsis bien corta. Lo primero que vemos es el actor. El actor que había interpretado el papel del homínido y que ahora ya hace horas o días que anda perdido, medio muerto de sed y de hambre.
El actor, pues, se quita la máscara y nos enseña la cara. Vemos que es Jordi Vilches, el más grande actor de Salt. Está desmejorado y abatido, la travesía de este desierto lo ha dejado muy “tocado” y sólo sobrevivirá si el destino le hace un regalo. Esta intervención divina llega en forma de botella de agua caída del cielo.
Loco de esperanza, se lanza con todas sus fuerzas porque unas pocas gotitas de agua le salvarían la vida.
Desgraciadamente, sin embargo, no hay agua en la botella. No hay milagro. La suerte, el destino o una divinidad no lo salvarán. Grita de desesperación. Aquella tierra inhóspita lo ha matado. Es el final. O puede que no. De hecho no. Porque en cualquier desierto siempre se puede encontrar un oasis.
Salvador Sunyer y Vidal
El escritor Josep Maria Fonalleras ha dicho:
En el spot promocional de Temporada Alta hay un desierto. En el desierto, ¿el mono se vuelve humano porque puede calmar la sed con la gota salvífica que aún contiene la botella o es justamente porque ya empieza a serlo (humano) que se dirige a la botella, sabedor de que no contiene sólo el líquido que lo calmará sino la esencia de lo que será permanencia y reflexión, es decir dolor?
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