Edición 2022
Temporada Alta, con la realidad del momento
Avanzamos en nuestra tercera década de existencia, con una edición que presenta una programación de 107 espectáculos repartidos en 21 escenarios a lo largo de 10 semanas. Este año, hemos aumentado el número de subsedes (Banyoles, Bescanó, L’Escala, Palafrugell, Puigcerdá, Sant Gregori, Torroella y Vilajuïga) a las cuales se suma, por primera vez, Barcelona, donde recuperamos un clásico: Ritter, Denne, Voss de Krystian Lupa, que se podrá ver en el Teatro Romea. También por primera vez, estrenaremos un espectáculo en el interior de la Catedral de Girona: la lectura Confessions de San Agustí, interpretada por Joan Carreras.
El programa de 2022 es un buen ejemplo de cómo el teatro que se hace actualmente en Cataluña, España y el resto del mundo, habla más que nunca sobre la realidad del momento. Tenemos obras sobre la homofobia, la vejez, el auge del fascismo, la vivienda, cuestiones de género o el fenómeno de Tik Tok, entre otros muchos. Todos estos montajes, además de por su temática y calidad artística, han sido elegidos porque están concebidos sin voluntad de predicar o adoctrinar nadie. Más bien, es un teatro social que muestra la realidad “sin juzgar sus personajes”, como decía Peter Brook que había hecho siempre en sus textos su admirado Shakespeare.
31 años de Temporada Alta, donde seguimos ofreciendo una programación que mezcla artistas locales con una notable presencia internacional, el impulso a la creación, el equilibrio entre producciones y propuestas más experimentales e iniciativas que continúan creciendo como nuestros proyectos educativos de A Tempo que, además, este año, el público puede apoyar de manera muy sencilla , haciendo una donación durante el proceso de la compra de entradas.
El cartel: Francesca Llopis o la energía creadora
Entorno a 2014, Francesca Llopis inició una serie de dibujos monocromos negros con el título de Nosaltres i l’estat de les coses. Se trata de dibujos impactantes que muestran un tipo de planetas en explosión. El centro del dibujo, en medio del papel, es como un tipo de explosión dentro de una forma circular irregular, como un planeta, de la cual emergen unos puntos negros realizados con los dedos, pinceladas gruesas o manchas de pintura que se esparcen desde el interior hacia el exterior. Son una serie de dibujos que Francesca Llopis retomaba, junto a otros trabajos más matéricos, a lo largo de 2015 y 2016 y que la artista ha mostrado en su última exposición Agapemi. La constel·lació dels meus amors (2022), en el Museo de Pintura de Sant Pol de Mar. Son dibujos de carácter visionario y de gran fuerza expresiva, de un tamaño considerable, 50 x 70 cm o 140 x 110 cm, que están realizados con una particular técnica personal que Francesca Llopis ejecuta con los dedos, las manos y pinceladas singulares. El título de la serie, Nosaltres i l’estat de les coses, nos remite a la voluntad de describir nuestro mundo, el estado de las cosas, que no es, ciertamente, optimista. Más bien nos sitúa en un paisaje apocalíptico donde las crisis sanitarias, económicas, sociales y ecológicas forman parte de nuestro entorno más próximo. Ciertamente, si bien estos dibujos están hechos antes de la pandemia y de la guerra de Ucrania, no hay duda de que se avanzan a este paisaje devastado de nuestro tiempo.
Ahora bien, Francesca Llopis no es una artista que se caracterice por su pesimismo, o por su tendencia a la melancolía, al contrario, la suya es una obra luminosa, llena de pliegos y repliegos, de nuevas miradas y experimentaciones, de energías renovadas, hasta el punto que muchas veces avanza en muchas direcciones, con diferentes fijaciones, y sorprende con su capacidad para abrir nuevos territorios expresivos. Fruto de la evolución de esta serie de dibujos, Nosaltres i l’estat de les coses, surge, con el título de Desclosa (2019), un espléndido dibujo que es como la epifanía de aquello que puede nacer y que puede acontecer. Como la flor que se abre o la vida que nace, este dibujo que ha sido elegido como emblema visual del Festival Temporada Alta 2022, es una celebración de la vida y de la creación. Estos cuerpos opacos y negros de Nosaltres i l’estat de les coses, de repente empiezan a empaparse de luz, a generar colores y a emitir una energía que se esparce en todas direcciones como la irradiación de una fuerza, de una potencia en expansión. Una energía, una fuerza, una potencia sutil e inagotable que nos llega con Desclosa.
De hecho, durante el confinamiento, en 2020, Francesca Llopis hizo toda una serie de dibujos luminosos, como respuesta a la situación de aislamiento y cierre, en que los paisajes y los espacios oscuros, a menudo creados con puntos negros, se transformaban en espacios de color, en fuentes luminosas llenas de puntos de color rojo, azul, amarillo, que surgen de la masa negra, ejecutados también con los dedos, esparcidos por el papel en blanco.
Todos estos dibujos de confinamiento tienen el origen, en parte, en esta obra Desclosa, que para mí simboliza el espacio de la creación, aquel magma oscuro y diverso del cual surgen las ideas y la energía creativa, aquella fuerza que emerge cada día, como la vida renovada, cada mañana, con la aurora. Aquella energía creadora que se abre en la vida, que se abre en el mundo, que nos transmite el verdadero arte, el verdadero teatro, la buena literatura que tienen la fuerza de arrastrarnos y de apasionarnos no solo un instante sino también con la duración y la persistencia de aquello permanente en el fluir de las cosas. Con el fervor de la perseverancia, por emplear un título y unas palabras precisas y preciosas del añorado Carles Santos. Es, también, el rayo que no cesa de Miguel Hernández. Todas estas cosas, y aún otras ideas y enigmas, son las que me sugiere esta obra, a la vez poderosa y frágil, este bello dibujo que se abre como la flor, como la rosa: Desclosa.
Manuel Guerrero Brullet
Francesca Llopis (Barcelona, 1956)
Formada en la escuela de arte y diseño EINA de Barcelona, fundada por el artista y poeta Albert Ràfols-Casamada, para estudiar la poética del espacio y la pintura, inicia un periodo de residencias con becas a lo largo de los años 80. Empezando en el Teater Studio de Varsovia para pensar la escenografía desde la pintura asesorando Fabià Puigserver (director del Teatre Lliure, Barcelona), esta residencia supuso un punto de inflexión en su trayectoria donde el concepto de los viajes formará parte de su planteamiento artístico.
Fue en Milán, Roma y Londres, donde empezó su investigación sobre los laberintos como metáfora de la ciudad, culminando con la estancia y la pintura de una cúpula en el West Village de Nueva York. Gracias a una beca del Ministerio de Cultura español, viaja a Egipto, Yemen y Creta en busca de laberintos. Y con una beca de la Academia de Roma y de la Escuela de Bellas artes de Nimes, culminó su trabajo con cavidades y laberintos, generando obras como Història d’una temptació, Els dits gèlids o Tráfico de efectos (entre 1983 y 1986), expuestas en Montpelier, Madrid y Barcelona.
A finales de los años 80, Arnau Puig define su pintura como “constructivismo semántico”. Entonces, participa en las exposiciones Becarios en la Academia Española de Roma y Llopis en la Escuela de Bellas artes de Nîmes.
Durante los años 90, presenta La societat és una flor carnívora (radiografías y frases de mayo del 68 como artefacto de instalación), y esculturas efímeras como Un embolic magnífic, Malaltes d’amor o Paranys foscos.
Entrando en el siglo XXI, crea sus primeras videoinstalaciones: 2 habitacions amb vistes (Centro de Arte Santa Mònica, 2001), ETC (Museo Saura, Cuenca, 2004-06) o Memòria d’un iceberg (Barcelona, Osaka y Sao Paulo, 2011-2015).
En los últimos años, ha creado obras como Traction-Action (performance presentada en el Japón, 2016), Llum! (instalación 2017-22), Nosaltres i l’estat de les coses (pinturas, 2018), I tu, què posaries sota el focus? (instalación, 2018), Infiltrada (instalación, 2020) o La pell escup i escampa (instalació, 2021), entre otras.
El corto: ‘La veu latent (Primer moviment)’
Una actriz, Raquel Ferri, mujer a luz. Y una actriz, Raquel Ferri, interpreta la noche y el día durante los cuales dio a luz.
Los sueños también poder ser cuestión de vida o muerte. En este sueño, la actriz se multiplica en diferentes mujeres, y se prepara para dar a luz. Y en algún instante (del pasado o del futuro) revive los deseos, los miedos, las esperanzas, el roce de los cuerpos en transformación.
En el momento decisivo del parto, la vida real y la interpretación se abrazan y se miran en los ojos, tal y como pasa siempre en nuestras vidas.
Mucho antes, la Sylvia Plath escribió unos versos que Sílvia Pérez Cruz cantó:
“The wonb / Rattles its pod, the moon / Discharges itself from the tree with nowhere to go. / My landscape is a hand with no lines, / The roads bunched to a knot, / The knot myself,/ Myself the rose you acheive-/ This body,/ This ivory/ Ungodly as a child’s shriek./ Spiderlike, I spin mirrors,/ Loyal to my image,/ Uttering nothing but blood-/ Taste it, dark red! / And my forest/ My funeral,/ And this hill and this / Gleaming with the mouths of corpses”.
La atmósfera de estos versos es la voz que persigue a los cuerpos protagonistas de este sueño.
Isaki Lacuesta / director del corto
FICHA ARTÍSTICA / TÉCNICA
Dirección y montaje: Isaki Lacuesta
Intérpretse: Raquel Ferri, Sílvia Pérez Cruz, Albert Ubach Font, Martí Ferri Ubach, Luna Lacuesta
Fotografía: Adriana Vila Guevara
Ayudante de cámera: Pau Masaló
Producción ejecutiva: Isa Campo
Vestuario: Lorena Panea
Laboratorio: Cinelabs
Coordinación Cinelabs: Cornelia Popa
Película Kodak: Alejandro Paino
Sobre el director
Isaki Lacuesta (1975, Girona) ha escrito y dirigido diez largometrajes, el último de los cuales, Un año, una noche (2022) se ha estrenado en la sección oficial del Festival Internacional de Berlín.
Su película anterior, Entre dos aguas (2018), le supuso su segunda Concha de Oro en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y los premios a la mejor película y mejor actor en el Festival de Cine del Mar del Plata, el Fotogramas de Plata a la mejor película española del año, así como siete premios Gaudí, incluyendo mejor película en lengua no catalana y mejor director.
En 2018 el Centro Georges Pompidou de París dedicó una retrospectiva completa a su obra, así como el libro Le cinéma de Isaki Lacuesta (Brice Castanon y Sergi Ramos, ed).
Sus películas se han proyectado en festivales de todo el mundo y en centros artísticos como el MOMA de Nueva York, Lincoln Center, la Anthology Film Archives (Nueva York), CCCB.
También ha dirigido los filmes: La próxima piel (2016), Murieron miedo encima de sus posibilidades (2015), Los pasos dobles (2011), El cuaderno de barro (2011) o La noche que no acaba (2010), entre otras.
El pòdcast de Temporada Alta
El pòdcast de Temporada Alta es una nueva producción que el festival ha encargado (por primera vez) a seis periodistas de artes escénicas. Jofre Font, Neus Molina, Gema Moraleda, Xavi Pardo, Oriol Puig Taulé y Laura Serra han sido los responsables de desgranar durante 7 episodios temas relacionados con los espectáculos programados este año, como por ejemplo el auge de la extrema derecha, la muerte y el suicidio, la mirada contemporánea de los clásicos o el teatro musical.