Parné

Cataluña y su capital es tierra de vedets. Y no hace falta viajar a un pasado muy lejano de un Paralelo lleno de barracas y cupletistas para entender esta afirmación. Vedets también han sido Rosa Maria Sardà, Guillermina Motta o Loles León. Vedets diferentes, con una personalidad marcada y muy disidente respecto a los tópicos más rancios. De esta escuela brava y heterodoxa es Glòria Ribera, la última gran representación del vedetismo catalán. Cuando deja de actuar con José y sus Hermanas, Ribera se pone a cantar cuplés con mucha picardía política. El doble sentido del humor al servicio de un mensaje radicalmente contemporáneo que reivindica la vida más allá de la norma. Espíritu canalla como manifiesto revolucionario. Las lentejuelas como glamuroso uniforme de guerrilla.