No siempre se necesitan grandes escenarios ni producciones de gran formato para emocionar. En Temporada Alta, nos gusta apostar por todas las dimensiones del teatro y de las artes escénicas y, entre ellas, también damos un espacio destacado a las propuestas de proximidad y de pequeño formato. Por eso, queremos recomendaros varios espectáculos íntimos que forman parte de Temporada Alta 2025. Dramas conmovedores, piezas de creación contemporánea, propuestas arriesgadas y comprometidas, comedias y experiencias teatrales muy personales… Desde las más emotivas hasta las más sugerentes, cada una de estas obras os ofrecerá un encuentro único y cercano con los artistas, donde la conexión con el público se convierte en el auténtico motor de la escena.
1. Sombras por supuesto
Reconocida por obras como El tiempo todo entero, uno de los éxitos de Temporada Alta, Romina Paula vuelve a reunir su compañía El Silencio después de diez años. En Sombras, por supuesto, cuatro intérpretes se reencuentran en un espacio de memoria y creación, atravesado por el eco estético del conocido director de cine Rainer Werner Fassbinder. La propuesta explora los vínculos que persisten a pesar del tiempo, entre el ensayo y el espectro, entre lo compartido y lo que ya no está. Un gesto escénico de alta sensibilidad que celebra el trabajo colectivo como espacio para redefinir el presente.
2. Llogatera
Una joven tiene que dejar su piso de 38 m². Lo que podría ser una anécdota se convierte en una carrera emocional y política, con múltiples voces y personajes que habitan su memoria, sus dudas y sus límites. Llogatera, escrita por Paco Gámez y dirigida por Rubén de Eguía, es una comedia sobre la vulnerabilidad, la soledad y la vivienda como derecho y trinchera. Con Júlia Truyol en el centro, la obra pone rostro a una generación expulsada de su propio futuro.
3. Tobetta
A partir de su poemario Nueve lugares hostiles donde gritar, Francesc Cuéllar (Lacrimosa, TA22) presenta un recital escénico con música de Judit Cortina, que actúa como un décimo poema: un grito final para dejar atrás la culpa. El texto recorre la infancia y la juventud de un cuerpo marcado por dogmas cristianos y el proceso íntimo de liberarse de ellos. Un encuentro lírico y sensorial entre la educación religiosa y el descubrimiento del deseo. Una propuesta catártica como un gesto de ruptura y renacimiento.
4. El desmontaje
El punto de partida es un misterioso caso que se remonta a 2004, cuando un hombre que se hacía llamar Dionisos Contreras irrumpía en funciones teatrales en Montevideo. A partir de esta anécdota, El desmontaje traza un viaje entre el documental, la conferencia y la autoficción. Jimena Márquez –figura clave del teatro uruguayo– reconstruye aquella historia silenciada a partir de testimonios reales y entrelaza reflexiones sobre el carácter ritual del teatro, los límites de la actuación y las estructuras de poder que regulan quién puede subir al escenario y cómo. Un relato punzante y lúdico sobre la memoria, la identidad y el poder del teatro.
5. Burpees
Nold Reborn es un influencer carismático que promete riqueza y valores a la juventud, hasta que un día desaparece sin dejar rastro. Su hermana y un seguidor adolescente emprenden un viaje para encontrarlo y entender cómo alguien puede acabar convertido en un extremista digital. Burpees es un road-drama que transita entre la búsqueda y la memoria para poner el foco en el fenómeno de la radicalización online. Una pieza escrita y dirigida por Miquel Mas Fiol, una de las voces emergentes más corrosivas de la escena actual.
6. Cachorro de León
Conchi León se sumerge en la memoria familiar en este valiente y emotivo espectáculo unipersonal, que comienza con una llamada: su padre está agonizando. A partir de ahí, se despliega un relato biográfico donde conviven infancia, violencia doméstica, alcoholismo, salvación y amor. Juguetes, casetes y música de Pedro Infante llenan el escenario para evocar un pasado que condiciona el presente. Cachorro de León es un ejercicio de libertad en el que el testimonio se convierte en un acto poético y político.
7. Cavallet de mar
Con Cavallet de mar, Pau Coya se ha consolidado como el autor revelación con un monólogo valiente y vibrante. Martí, un chico trans de veinte años, se enfrenta a un embarazo inesperado en plena transición hormonal. Mientras decide qué hacer, reflexiona en voz alta sobre la relación con su cuerpo, la presión social y las convenciones de género. Dirigida por Rebeca Del Fresno e interpretada por Marc Torres Quintana, la obra ha sido galardonada en los Premios de la Crítica y en la Mostra Igualada. Una pieza que reivindica, con sensibilidad e ironía, la complejidad de las vivencias trans.
8. Nua
Monólogo sobre los trastornos de la conducta alimentaria en el que Ann Perelló se enfrenta a un monstruo invisible y familiar: su relación con el cuerpo, con la comida y consigo misma. La obra retrata el dolor silenciado, las contradicciones sociales sobre la belleza y la identidad femenina, y el largo camino hacia la recuperación. Una pieza íntima y cruda, que expone sin filtros aquello que a menudo se oculta, entre el testimonio personal y la catarsis escénica sanadora.