Que todas las vaquitas de Argentina griten MU

Tres tragedias, tres mundos, tres seres caducos en un destino ineludible: el fracaso

Grupo Mínimo presenta un tríptico compuesto por tres estructuras trágicas condensadas. Áyax, gran guerrero de la Ilíada (a quien Sófocles tomó para una de sus primera tragedias), enloquece al no poder heredar las armas sagradas de Aquiles. Así nos adentramos en la historia de Giancarlo, un inmigrante italiano que prueba suerte en el campo argentino. Su fracaso como maestro quesero desborda su complicada vida familiar ítalo-argentina. La última parte se centra en Fabiana Fever, una estrella en decadencia en la década de los 70, que se juega su última carta en la filmación de una película independiente. Cada paso que da confirma su obsolescencia, desplazada por la figura juvenil del momento. La fuerza del destino, factor central de las tragedias clásicas, arrastra a estos personajes al fracaso inevitable, a la acción desesperada. Estos héroes se acercan al fracaso como las vacas que van inevitablemente al matadero. Anhelan a la vaca, que al menos no se sabe predestinada. Su tragedia es también la razón, el saberse acabados.