Exposición fotográfica · Encara hi ha algú al bosc

Todas las supervivientes que protagonizan este proyecto han sido víctimas de la guerra y de la paz, porque todavía hoy sufren el olvido institucional y el estigma social, además de las consecuencias físicas y psicológicas. Pero no todo es oscuridad. Los hay que han dejado de tener miedo y siguen llevando a los criminales de guerra ante la justicia. Y los hijos e hijas nacidos fruto de las violaciones, que ahora tienen 25 años, ya no son la semilla del odio que pretendían plantar los agresores, sino una muestra de cómo el amor y la capacidad de superación pueden vencer la barbarie.

La exposición fotográfica parte de las dos realidades generacionales: la de las mujeres víctimas directas de torturas y violaciones, en muchos casos después de ver como asesinaban a los hombres de su familia; y la de los hijos e hijas nacidos de estos embarazos forzados, buena parte de los cuales fueron abandonados o dados en adopción. Los llamados “niños invisibles” son hoy hombres y mujeres jóvenes, con ganas de mirar al futuro y de hacer saber a sus madres biológicas que las aman por encima de cualquier circunstancia.

El planteamiento del espacio expositivo incluye, no sólo las imágenes de estos protagonistas, sino que invita al visitante a sumergirse en una instalación que hace revivir elementos de su vida cotidiana durante y después de la guerra.

Fotografías de Oriol Casanovas y un trabajo de investigación del colectivo Cultura i Conflicte.